jueves, 9 de agosto de 2018

MUCHAS LACRAS

Existe gente indeseable en un medio fiero, salvaje, cruel pero para apasionados y masoquistas como nosotros.

Antes de que entrara a trabajar en medios de comunicación, ya me habían comentado varias veces sobre "la maleta", "el serrucho", "los sables, puñales, cuchilleros", etc. Lo tomé muy ligero, porque una cosa es que te cuenten algo y otra, vivirlo.
Y si escribo de esto, es porque lo he sufrido, más que vivido. Pero el código interno, no escrito, pero que todos debemos de aprender y respetar; nos impide contar esa clase de tristes experiencias. En cada ámbito, en cada profesión o lugar a donde tengamos que ir, habrá códigos propios. Y lo cierto, es que son bastante similares. Y de hecho, habrá gente impresentable, que hará lo imposible por destruirte, truncar tus proyectos, poner en contra a tu equipo o a gerentes, etc.

Recuerdo que desde empecé en la desaparecida "Radio Los Olivos", ya me tocó experimentar la famosa "maleta" y los intentos de algún enano frustrado por el poder. Claro, el equipo original, era gente muy común, pero bien intencionada. Hubo una especie de hermandad, un clima muy favorable para pasarla bien, tocando buena música (hubo hasta tres programas de rock clásico) y literalmente "vacilándonos" entre broma y broma con un buen vino (yo con gaseosa -era menor de edad-) y a veces con algo qué "picar".
Pero apareció un enano de marras, que pretendió hacer locución y enamoró a algunos con sus "discos pitos, pitos, pitos" (que por cierto, no llegó jamás un disco, ni un pito, ni juntos) y con una buena onda, que luego se transformó en un pequeño infierno; porque luego de fracasar en grado ultra sumo como "locutor", se creyó administrador y cuaderno en mano, empezó a joder con el tema de la puntualidad y otras cosas que no eran necesarias, como tiempo para ir al baño o que mientras no fuese tu turno, no podías estar en cabina... Cuando la pequeña cultura que tuvimos, precisamente fue esa informalidad, de compartir nuestro tiempo divirtiéndonos antes, durante y después de nuestros turnos. Felizmente, luego de una reunión de insistencia, el enano de marras, fue embalado en un dedal y devuelto a la aldea de los pitufos, para luego ser donado a la ciencia, para que realizara estudios fisiológicos con él (bueno, eso fue lo que esperamos en aquel tiempo, je).

Luego, en radio Cora, viví el ataque brutal de un "chupe" (gente sin o con cargo que no beneficia en nada, pero que es necesaria para labores de adulación y chismología aplicada), luego de otro "locutor frustrado" (maletero en exceso), que anduvo rebotando de radio en radio y rebotó más en radio Cora y que no tuvo turno propio hasta que renuncié a esa emisora, para luego desaparecer entre vítores del espectro radiofónico nacional.

En otras emisoras, viví una suerte de bullying laboral (incluso hasta hace pocos años), porque a un par de enfermos mentales, no les caí en gracia. Eso suele suceder. Ni te conocen (en realidad no les interesa), pero hacen grupo y te pulverizan. A veces, se puede repeler ese tipo de ataques, pero en otras ocasiones, es imposible.

Cuando estuve en un canal de televisión, mi cargo era obviamente codiciado (programador) y tuve problemas durante casi los cuatro años y meses que estuve allí. Todo anduvo más o menos bien, hasta que llegó un locutor salsero y su cola roedora de 350 metros y los problemas fueron bastante duros y constantes. Hasta su salida, fue un campo minado mi diario laborar. Felizmente, tanto mi jefa directa, como la gerencia de televisión, como la jefatura de personal, lograron advertir que los problemas nunca partieron de mi persona y por más esfuerzo que hubo por lograr mi salida, pude quedarme en el cargo. Lo que nadie reparó, fue en que una pericotita, logró enquistarse allí y luego de mi salida; hacerse con el cargo. Gajes del oficio.

Comentaría más cosas, pero ya serían casos muy evidentes y no voy a dar detalles ni nombres (por el tema del código y esas cosas), pero también viví esas cosas jodida en algunas emisoras del interior. Es que cuando vas a algunas ciudades, te transformas en "el limeñito" y dejas de ser un ser humano igual que ellos. Después se quejan de la discriminación.
Es una paradoja, pero te discriminan de inmediato. Con decirles que una vez, me dejaron sin staff de la noche a la mañana. Y tomen en cuenta, que lo hizo un "ídolo" de muchos productores y locutores; alguien considerado "de otro level", pero que en realidad, es un enorme caballo de Troya.

Pero como dije, somos apasionados y masoquistas, porque debe de gustarnos el desarrollarnos en un medio así de jodido, complejo, problemático, complicado, duro, etc. Le entregamos todo, pese a las cosas que nos hacen o nos suceden. Vivimos nuestro amor a la radio, entregamos nuestra pasión, nuestro esfuerzo al máximo y en muchos casos, perdonamos y olvidamos; aunque eso no signifique precisamente, el inicio de una nueva o de una mejor amistad.

Así somos, a prueba de casi todo.

Pero vaya que nos nace encontrar la forma de retirar de los medios a tantas lacras.

Y ojalá se de algún día.



LUCHO QUIROZ

No hay comentarios.: