CIERTAMENTE, EL TUERTO EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS... ES REY.
En casi todas las ciudades existen grandes exponentes de la radio, gente que se convirtieron en personalidades influyentes o líderes del entretenimiento. Se trata de personas que innovaron, emularon, siguieron una determinada línea, que lograron un lugar aprovechando su talento, la oportunidad, etc. Varios de ellos, notables por su desempeño, otro, quizá no en la misma medida, pero que formaron parte de la historia local de la radio.
Lamentablemente, muchos de ellos fueron "endiosados" (o ellos mismos, se "endiosaron") y hoy, algunos son muy respetados con debida propiedad, mientras que otros navegan al garete en su propia mediocridad. Es lamentable, que gente dedicada al desarrollo de la radio pretenda continuar al aire con las mismas ideas obsoletas de hace 40 o 50 años atrás.
No conocen el recambio generacional en el medio, no comprenden el cambio generacional en la sociedad, no comprenden que sus mejores momentos ya pasaron y que lo hecho... hecho está. Se viven otros tiempos, existen otras tendencias y la velocidad es mucho mayor que en sus tiempos.
Muchos de esos señores, que aún visten de saco y corbata, son quienes frenan el progreso de la radio. Son ellos, quienes con engaños, ideas torpes y vetustas, convencen de forma formal y a veces zalamera, a algunos propietarios de emisoras para hacerse cargo de ellas. Los propietarios, por admiración, amistad, compasión o porque os dejen en paz, aceptan y en muchos casos, creen que la apuesta es correcta y que estas personas con un pasado quizá notable; puedan formar nuevos talentos y capacitar al personal actual. Pero estos señores, solo buscarán qué estar con gente de su generación y si entra alguien joven, quedará relegado o se convertirá en lo que llamamos (mal o bien) "chupe", "chacal", etc. No llegará ni a aprendiz. Y lo que aprenderá será malas artes que deberían ya de estar desterradas del mundo radial.
Algún día tendremos 55, 60, 70 años y lo cierto es que si amamos la radio, debemos de aprender a dejarla en el momento adecuado. No es que la edad nos reste capacidad. Si somos abiertos a los cambios, a acumular, asimilar mayor conocimiento, a desarrollar lo aprendido, a captar nuevas tendencias, estaremos siempre actualizados... Pero la velocidad de trabajo nunca será la misma, la voz tampoco; pero podremos ser más docentes que locutores o programadores. No debemos de olvidar que el recambio generacional es inevitable y a la vez necesario. Y si no logramos ser considerados como "viejas glorias", qué importa. Lo que aportamos desde ya, es valioso. Para mí, no es suficiente con "el oyente al que le cambiamos el día o la vida" o con "que te pida de pronto alguien tu autógrafo". Yo creo que esas son cosas naturales de esta profesión. Lo que vale es cuando logramos tener (y sostener, más aún desarrollar) la capacidad de empatizar con el público sin ser grosero, violento, sensacionalista o brutalmente simplón con nuestro idioma al aire... Lo que vale, es cuando podemos transmitir nuestros conocimientos de manera efectiva, cuando ya no sentimos la necesidad de demostrar algo, cuando deja de ser imperativo que nos valoren, porque ya nos valoramos lo suficiente. Lo que vale, es cuando los años pasan y seguimos siendo capaces de reinventarnos, de seguir siendo sorprendentemente creativos, cuando nos damos cuenta que podemos seguir desarrollando nuestras capacidades. Eso más que gloria, nos da la enorme satisfacción de saber que cumplimos con nosotros mismos como comunicadores, como gente de radio.
LUCHO QUIROZ
No hay comentarios.:
Publicar un comentario